Vino de más
allá del cielo,
con aires de
ángel victorioso
y solo era un
pobre peregrino,
perdido en el
limbo misterioso.
Caminaba
distraído,
con su azul
iluminado,
era el dueño de
la aurora,
con mi sombra a
su costado.
Dejó caer la
luz
como algo
natural
y el insomnio
que produjo,
silenció a la
eternidad
Entonces pude
ver su amanecer
no era un ángel,
era una atractiva mujer
coqueta y
soñadora…,
un átomo se
esfuma y la devora.
Me envuelve su
silencio
el perfume de
su cuerpo,
viajando por la
soledad,
busco en su
mirada, el azul del más allá.
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16/2018/1470 |
Yo creo que desvariar es querer alcanzar el cielo, pero si no lo alcanzas por lo menos te desahogas y despejas el panorama.
ResponderEliminarBonitos versos
Un abrazo grande
No me engaño si te digo que el poema, no es más que un desvarío de tu loca fantasía.
ResponderEliminarMis felicitaciones
Marilú