En noche de luna llena,
te obligaron a morir,
aquella noche florida,
con la lumbre preparada
para mí,
De tu dicha soy culpable,
y aunque no supe tu
nombre,
mi alma en tu carne arde,
mientras mi amor siga
en ti.
Desde que soy silencio,
el ocaso es fulgurante,
al devenir de los ecos,
se oyen voces intrigantes.
Aún conservo tu fragancia,
en mis labios redimidos,
latiendo en mi corazón,
el fuego de los sentidos.
Llegó la hora, y tu alma
me devora,
en la cripta del olvido,
la muerte es dueña y
señora
de las flechas de Cupido.
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Tus poesías tienen alma, amor contenido y misterio sensual que impregnan de pasión todas tus letras
ResponderEliminarFelicidades y Un fuerte abrazo
Espero ilusionada tus poemas, tus versos se cuelan en la piel, mientras que la flechas de Cupido tienen aroma de rosas y tú tienes buen olfato.
ResponderEliminarUn placer leerte
Saludos Eva Rocha
La entrada te ha quedado genial. Mis felicitaciones
ResponderEliminarMarilú