Navegaba abrazado al silencio,
Escuchando
la soledad,
Los
murmullos del reloj,
Despierta
mis sufrimientos,
Susurros
y lamentos, vuelan como el viento,
Como
si midiera la estatura del tiempo,
Rendido
a los sentimientos,
Que
salen de mí ser,
Entre
el miedo y el valor,
Del
amor a locura,
Entre
delirio y cordura,
Que
une suplicio a dolor.
El
silencio espera la palabra,
Voces
que hablan callando,
Personas que lloran buscando su destino,
Esclavos
con sed de libertad.
El
polvo del siroco agita las sombras,
Las
penumbras salen a la luz,
Al
instante se esfuman y enmudecen,
No
hay aire que acaricie las hojas del otoño.
Copyright © 16/2013/4950
Me pareció hermoso "No hay aire que acaricie las hojas del otoño" . Sabes como expresar los sentimientos que viajan dentro de las palabras, la expresión fuente de eterna poesía.
ResponderEliminarBonita inspiración, bonitas palabras es un placer disfrutar de tus versos.
ResponderEliminarEl otoño silencioso llega lleno de susurros, de recuerdos, de ternura y de locura.
ResponderEliminarEl tiempo pasa, se esfuma y enmudece y ya no hay nadie que te acaricie.
Aprovechemos para acariciar las hojas del otoño.
Como siempre genial
Admiro lo que haces por la poesía, me parece fascinante.
ResponderEliminarGracias
Bonita como todas, lastima que en Otoño la caída de la hoja no sea un buen presagio.
ResponderEliminarLa sabiduría popular dice, Quien tuviera la suerte que tiene el aire, que anda por donde quiere y sin verlo nadie.
Como siempre muy agradecido por vuestras visitas y comentarios.
ResponderEliminarY gracias por darme ese regalo de saber que os gustan.
Un abrazo
El aire que tersa nuestra piel cuando nos trae agradables recuerdos, de aquellas hojas de otoño que cayeron y volaron lejos, convierte en hojas perennes todos esos momentos vividos,
ResponderEliminarGracias a ti, por hacerme sentir una brisa agradable cuando entro entro tu blogs.
Estación romántica, entre ese verano alegre y el triste invierno, que tu plasmas muy bien en tu poesía.
ResponderEliminar