Noche de boda

Noche de boda

Aquella noche de boda,

y en aquel lecho de rosas,

vi a la mujer más hermosa,

bajo la noche estrellada.

 

Me dirigió una mirada,

llena de dulce fragancia

esparciendo su luz blanca,

hasta el fondo de mi ser.

 

Llena mi alma de dicha,

y hasta me hace sonreír,

la miro y me hace sentir,

una ilusión verdadera.

 

Torbellinos de colores,

mirando a la virgen luna,

en sus brazos me acuna,

y su aroma me embelesa.

 

Ya no tengo duda alguna,

que con un amante sueña,

no hay estrellas como ella,

logrando lo que se empeña.

 

Arde en su lecho nupcial

un frenético agitar,

su sombra sobre la mía,

un gemido prisionero,

 

Entre ardientes suspiros,

que encienden la luz del alma,

en ese campo furtivo,

de placeres y de lágrimas.

 

Se marchó al amanecer,

sin explicación alguna,

se iba de luna de miel,

con tal majestuosidad,

que nunca podré expresar.

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