La luz dichosa
Distraída, se precipita,
sin advertir que no tiene alas,
luego reacciona y pide ayuda,
me elevo con el placer
de escalar sus altas cumbres,
y detener la caída,
que conduce a las tinieblas.
Al fin rescatada,
estreché su cintura,
bajo aquel cielo apagado,
para abrasarme con su calentura.
Entre nuestros cuerpos
sucede algo…
Volamos por el espacio,
entre nubes de algodón,
mientras su alma sonríe,
insinuándose, muero de amor
por ella, y su ente se despliega,
en palpitantes acordes,
un estremecimiento cristalino,
y una
luminosa llama,
de un fuego que no se apaga.
Puedo vivir una vida así,
porque estoy dentro de ella,
mientras me vacío,
mi nombre es un torbellino
sobre la luz dichosa.
Copyright © RTPI – 16/2024/2824

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