Temblando vi a una cigarra
Bajo
la luz del volante,
vi
temblando a una cigarra,
el
mercurio subido de tono,
achicharraba
sus alas.
Palabras
nobles de aliento,
caliente
y vivas le daba,
mientras
el eco del sol,
por
su cuerpo chorreaba.
El
latir se precipita,
y
su corazón estalla,
en
las llanuras del cielo,
bajo
las nubes del alma,
allí
vuela la cigarra.
Me
parece estar oyendo,
su
música más callada,
las
melodías van cayendo,
sin
decir una palabra.
El
murmullo que susurra,
va
apagando su llama,
¡ay!
la oigo en el silencio,
como
cenicienta brasa.
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La cigarra con su ruidosa música que nunca calla, con un no sé qué, que atrapa al lector,
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo.
Olga Higueras