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 Las puertas de la memoria 
Desoyendo
a los pulsos de la vida, 
abrí
las puertas de la memoria, 
y
mi sangre en cascada  
se
despeña en gozo. 
  
Una
fuerte emoción, 
bajo
el puñal del deseo, 
estalló
en mi corazón, 
miré
tu hermoso plumaje, 
y
tus bellísimas alas. 
  
A
la luz de los recuerdos, 
puedo
amarte sin licencia, 
tu
alma estaba allí,  
para
concederme el vuelo. 
  
Las
antiguas caricias, 
devienen
en sonrisas,  
y
en nombre del amor 
vuestro
cuerpo tendéis. 
  
Las
puertas de la memoria, 
jamás
abiertas, 
hoy
buscan la flor, 
con
frutos de vigor, 
de
aquel amor apretado. 
  
Se
derrama mi vida, 
cosido
a tu vertiente, 
me
arrastra tu corriente, 
a
paraísos perdidos, 
donde
gime el deseo, 
y
la dicha se esconde. 
  
Resucita
el alma, 
cuando
quieres morir, 
y
abres la memoria, 
en
el atardecer de la vida, 
demasiado
tarde para sentir 
que
habito en tu pecho. 
Copyright © RTPI – 16/2023/1053  | 
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