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 Hermosa y viva 
Eres
tú la alegre luz, 
la
dicha que en mí habita, 
tu
eterna juventud, 
a
mi pulso debilita. 
  
Mi
sueño estrena alas, 
en
un espacio escultórico, 
donde
no corre el tiempo, 
ofreciéndome tus curvas, 
para
mis entrenamientos. 
  
El
júbilo de mi cuerpo, 
se
va plegando a tu amor, 
un
efímero destino, 
de
cristalino fulgor. 
  
Como
un  dulce relámpago 
sin
nombre, aparecías, 
desnuda,
cada noche, 
para
amarme tan deprisa, 
que
mi levísimo éxtasis, 
me
lo robaba la brisa. 
  
Hermosa
y viva, 
estás
en mi memoria, 
y
en mi recuerdo el azul,  
de
tus ardientes pupilas, 
  
Que
como aves vuelan, 
al
mar de mi silencio, 
y
allí me ofrecen el amor, 
que
para siempre me pertenece. 
  
Copyright © RTPI – 16/2023/1053  | 
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