Las lágrimas del poeta
La
realidad le consume,
no
siente las vibraciones,
que
iluminaban sus recovecos,
sus
palabras deambulan solitarias.
La
hojarasca otoñal,
anestesia
su alma,
su
imaginación se diluye,
los
demonios le persiguen,
por
calles de infinitas noches.
Sorprendentemente
vuelven
a
florecer sus alas,
sabe
que ella le ama,
lo
dice su mirada.
Envuelta
en sortilegio,
la
aurora avanza,
es
maravilloso enamorarse de nuevo,
su
alma arde en llamas.
La
vida se ensancha
en
la piel de su amada,
y
danza de alegría,
cuando
sus ojos hablan.
Soñó
que la sangre hervía,
cuando
su fuego le helaba,
y
las lágrimas huyeron,
cuando
soñó que la amaba.
Copyright © RTPI – 16/2022/3061
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