La curvilínea sombra
Aquella
curvilínea sombra,
insinuándose
a mi realidad,
antes
que una nube de polvo,
desordenara
su esbelta forma.
Clava
en mí, sus ojos de amante,
que
destellan encanto,
y
sus labios susurrantes,
entonan
una balada de seducción.
Su
deslumbrante forma,
zigzaguea
sobre mí,
y
como un caballo loco sin brida,
adapta
mi cuerpo a su molde sediento.
Ni
el resplandor de una lágrima
la
ahuyenta, su cristalino fulgor
certifica
mi condena.
Con
sus ondas levantadas,
una
embestida ciega,
un
trémulo palpitar y
un
leve sexo, tan gozoso
como
la miel de un relámpago,
La
curvilínea sombra,
una
bellísima ausencia,
que
el ensueño ha creado,
antes
que todo se desvanezca.
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La curvilínea forma oscura, alejándose, ha inundado tu poema de sensualidad, poeta.
ResponderEliminarHas logrado dar vida a tan sugerente figura. Atrevida, seductora, fulgurante, son algunos de tus bonitos epítetos, donde se entremezclan, inteligentemente a su vez, la irrupción sexual, la insinuante belleza de la curva femenina, y la pasión amorosa en toda su grandeza, en el más bonito de los nichos, la juventud.
¡Enhorabuena!
De verdad.