La liturgia del orden Soy
como una hormiga suelta, que
mantiene en su cerebro, la
liturgia del orden.
Me
miro y no me cuestiono nada, el
invierno me apartó de mis congéneres, y
hoy sus formas, se derriten desquiciadas, en
las alturas, donde el poder habita.
La
arteria que nos unía, había
adoptado un aire de burguesa, que
daba pena ver la disgregación del paisaje.
Mis
hermanas tejieron la desdicha, mientras
yo, me había pasado al anonimato, porque
mi nombre, era señalado como proscrito.
Grité
con un pulmón en cada mano, ¡por
los clavos de cristo!... se
me erizan los pechos, al recordarlo.
En
el ocaso de la noche, mi
vientre se abrió esparciendo vida, siento
como mi alma comienza a danzar, por
el vasto universo de la gloria.
Las
estrellas se engalanan al paso de
una nueva primavera, y
los versos se tiñen de pasión. Copyright © RTPI – 16/2021/953 |
Otro poema espectacular y van… Qué lindo es seguirte, tus versos encierran un gran talento.
ResponderEliminarUn beso
Tienes un blog tan atractivo que quiero contagiarme de todo lo que proyectas.
ResponderEliminarMe ha encantado el poema que acabo de leer
Felicidades