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 En el vientre de la soledad El
día se consume en el crepúsculo, mientras
la noche refulge,  para
implantar destellos de memoria, sobre
aquel hombre, que
está a punto de morir, en
el vientre de la soledad. 
 Sus
pensamientos,  aferrados
a los recuerdos, se
han detenido en el tiempo, en
el tiempo, que su mágica figura, encandilaba
a sus ojos. 
 Sentía
un gran placer, y
su mente se perdía, por
laberintos gozosos, de
una gloria anónima. 
 Después
su alma voló, y
aquellas nubes grises  sacaron
sus truenos, y
un profundo estruendo, disgregó
todos sus huesos. Copyright © RTPI – 16/2021/953  | 
 
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