El niño que habita en ti Quiso mirar por las ranuras de la historia, para ordenar a su memoria, a buscar dentro de sí, entonces vio acercarse al niño que habita, en las cuencas de su infancia. Con alas de ilusión contempla el mundo, pasado el asombro, su salvaje frescura, cruza la calle en busca de océanos de vida. Encuentra sus barcos de tez mojada, anclados en el oasis de su infancia, claro símbolo de los años dormidos, en el edén de la inocencia. La vida asciende hacia la sombra del cielo, donde
su cuerpo descansa entre las orlas del sueño. Aquí su memoria advierte, que el pasado flota en
el aire, escondido en un poema impreso, en las alas del tiempo. Se toca el pulso y oye la voz de su cadáver: “Huye antes de que se pongan trémulas tus carnes” Abre una ventana en el horizonte, para respirar cada bocanada de aire, para huir de la soledad oscura, entonces algunos ángeles niños como él, asoman la cabeza al futuro para ahuyentar la angustia de la pena. De inmediato todo se disipa y solo quedan recuerdos del infinito cansancio, tanto que llega a olvidar el rostro de ella, la mujer que nunca ha dejado de quererle. Copyright © RTPI –M – 006470/2021
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Un relato precioso, aunque la edad no perdona en el fondo de cualquier persona, el niño o la niña está y puede ser perpetuo o puede ser fugaz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mi felicitación sincera
Cuantas veces me he sentido así, sabiendo que es imposible que vuelva a la infancia.
ResponderEliminarTe felicito
Felicidades por este relato, me ha encantado leerlo.
ResponderEliminarUn beso