Aquel hombre…
Aquel
hombre se ahogaba,
en
la hiel de su tormento,
y
su lengua suplicaba,
limpiadme
de lo podrido por dentro.
Desesperada
agonía,
invade
todo su cuerpo,
y
con el alma vacía,
exploraba
el firmamento.
Iba
arrastrando los días,
donde
oscila oscuro viento,
reliquias
de un viejo amor,
murmurando
en el desierto.
Hay
momentos,
en
que se detiene el tiempo,
y
el más tierno resplandor,
aparece
en los ojos que están muertos.
Aquel
hombre,
no
quiero pensar en él,
porque
su sombra ha vuelto,
y
me siento agonizar,
porque
recorre mi cuerpo.
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Tu poema da luz a la imagen, un misterio que ha pasado desapercibido por estar oculto en el silencio del autor.
ResponderEliminarUn excelente trabajo.
Felicidades y un fuerte abrazo
Revivir un personaje de un cuadro, despierta en mi, admiración y a la vez se aprecia una perfecta composición.
ResponderEliminarUn abrazo
Marilú