El río
Aquí encontraron su pila bautismal,
la orografía de su llanto,
que cala hondo en el risco,
entre fragmentos y cantos.
Fluye el agua y de golpe se revela,
con humedad de diluvio,
y en el mar de tus caderas,
se anuda con un susurro.
El amor se volvió río,
río de incesante vuelo,
buscando hacerse con alas,
en los meandros del cielo.
Un cordón ultramarino,
avanza como dios universal,
amamantando a la tierra
en un abrazo nupcial.
Entre valles y senderos,
serpentea, como sombra fugitiva,
incorporando arroyuelos,
en torrentes incesantes tras las huellas del deshielo
Una estampida de siglos,
revelan que comienza a envejecer
al devenir del galope
su fulgor se lo robé.
Ahogando así su relincho
bajo su lecho nupcial,
la voz silente del aire,
trasforma su agua en sal
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Es un poema muy bello, yo entiendo que hablas de la vida desde que se nace hasta que fenecemos bajo el lecho nupcial de la muerte.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Te felicito
Marilú
Canta el río entre valles y senderos, con armónica alegría, hasta que un ahogado relincho trasforma su agua en sal.
ResponderEliminarMe ha encantado el contenido.
Un abrazo
Un excelente poema.
ResponderEliminarMe gusta
Me encanta, es muy bonito, ese río que nos lleva.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo