El guardián de los sueños
En la habitación hacía un calor abrasador,
suspiraba la joven aferrada con ambas manos al árbol de la vida, el sudor
bañaba su rostro y su respiración se aceleraba, un azul polvoriento cubría la
bóveda ya no quedaban hojas ni sombras donde resguardarse, solo arena, un
oleaje de fuego le hizo gritar, alzó la mirada al cielo y dijo: “Señor que mal
hice yo para vivir este infierno”
La creencia era uno de los pilares de su fe, sin
embargo esta vez no halló respuesta.
Había perdido la esperanza de encontrar agua,
mientras un calor asfixiante la penetraba hasta caer desplomada, entonces todo se volvió radiante, y en medio
de un espejismo de locura candente y sublime unión, su cuerpo se llenó de una dicha insospechada,
tan ardiente y sensual que se sintió en la
gloria, un excelso momento de ensueño que no olvidará jamás.
Miró aquella luna que entraba por la ventana como
un milagro del cielo y le trasmitió que aquel espíritu al que había extenuado
era el guardián de sus sueños y que le acompañaría cada vez que sintiera miedo.
Copyright © RTPI 16/2019/1187
|
Me encantó, porque es tan simple y tan profundo al mismo tiempo, que una busca en los sueños aquello que realmente añora.
ResponderEliminarTe felicito
En los sueños se viven historias irreales, que parecen real, pero son amores tan placenteros que me gustaría no despertar jamás.
ResponderEliminarMuy hermoso tu relato,
Un abrazo
La verdad es que no tengo palabras, que delicia y que deleite… mi corazón se desborda…
ResponderEliminarUn placer leerte