Sueños extraviados
En
la quietud de la noche cuando todos duermen, mi mente se despierta y comienza a
hablarme, yo me hago el dormido pero ella insiste en dictarme cosas al
oído, ahora me arropo hasta la cabeza
tengo que dormir, la oscuridad me envuelve,
sin embargo hay un rayo de luz en mi pensamiento que me hace abrir los
ojos, y observo un desfile de imágenes por el filo de la mente, una sombra
tendida en la oscuridad me cogió la mano y se la llevó a su boca, sus labios
carmesí desprendían infinitas fragancias, con gran naturalidad me miró a los
ojos y quedé desamparado, su belleza era impresionante, su vestimenta y su
pedrería realzaban aún más sus atractivos cautivadores.
Lo
curioso es que estaba desnudo y ella ocultaba poco de su gloriosa figura, se
volvió hacia mi sonriendo y quedé sorprendido, me cogió por la cintura y su
boca entreabierta con sensualidad se acercó a la mía besándome con pasión, al
tiempo que me decía cosas excitantes al oído,
mientras se desnudaba y la noche se alargaba en mi habitación, ella
clavaba sus ojos negros profundos en mis pupilas delirantes y estas encendían
mi cuerpo uniéndose con un placer increíble a su extraña y deliciosa figura.
Todas
las noches esperaba con ansiedad la llegada de aquella deslumbrante y seductora
mujer, era un resplandor de dicha de
amor fugaz que embriagaba mi alma.
Después
una sensación placentera de relax y al despertar no recordaba nada.
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Bendito sueños de los que nacen historias que tocan el cielo en noches dulces anhelos y al despertar todo se diluye y no recuerdas nada
ResponderEliminarUn placer leerte
Cuando en sueños veo, el resplandor de tan ardiente hoguera, yo querría que placer tan increíble no me pillara dormida-o, por que no tiene sentido que tenga el alma ardiendo y el corazón...helado
ResponderEliminarUn abrazo grande
Muy buen relato. Con frecuencia mis sueños me llevan a ti y cuando me tienes en tus brazos y soy feliz… despierto y se me funde el invento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Marilú