La aurora se despereza
lenta,
para alumbrar la mañana,
venciendo a la oscuridad,
su espléndido despertar.
El corazón ríe, los ojos bailan,
la aroma del bosque inunda
las calles de la ciudad,
el mal está a oscuras,
envidia la luz y tratará
de apagarla.
La luz tiene mil colores,
mil vidas, mil amores…
allá por el horizonte… mil
crepúsculos,
en el que jadean estrellas
sudorosas.
La vida se engendra a la
sombra de la luz,
el alma se vuelve llama,
tu boca se desgarra en un
suspiro,
mientras en tus ojos
delirantes se ve el paraíso.
Un dulce resplandor de sol
en la azotea,
combate la inefable dicha,
huele a chamusquina,
en el contorno supremo de
la vida.
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La luz de la mañana refleja su figura e inunda al mundo de hermosura, y la vida se engendra en un suspiro querido amigo.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo
Tu poema me encanta, expresas muy bien lo que es la luz para la vida.
ResponderEliminarBesos
La vida se engendra a la sombra de la luz,
ResponderEliminarel alma se vuelve llama,
tu boca se desgarra en un suspiro,
mientras en tus ojos delirantes se ve el paraíso…
Versos mágicos que dejan huellas.
Un abrazo intenso
La aurora me dio la mano y todo se llenó de color y un resplandor de sol cambió el clima de mi corazón.
ResponderEliminarFeliz tarde
Un poema con mucha claridad, la aurora incendia el horizonte y todo lo que toca se llena de color y en un solo instante alegra al corazón.
ResponderEliminarFelicidades
Tus versos escenifican el primer acto de la creación y se hizo la luz en cada átomo del cuerpo… y esa la dicha se plasma en tu poesía.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Un poema muy bello, inunda las calles de la ciudad de luz, de música e inefable dicha.
ResponderEliminarSaludos
Me gustan tus versos, la luz engendra a la vida.
ResponderEliminarSaludos
Un lindo poema sin nada que le haga sombra.
ResponderEliminarUn placer leerte