Esa bella mujer que dibujó la brisa,
Con su cabello al viento,
Esa flor que despierta,
Con el temblor del alba.
Como llama de fuego,
Que capturan mis ojos,
Que devora mi voz,
Que profana mi cuerpo.
Esa mirada suya,
Que ilumina el silencio,
Esa abeja de oro,
Que difunde su incienso.
Esa miel de su aroma,
Que provoca mis besos,
Ese rio de amor que fluye
Libre, buscando el paraíso,
Como ese ciego,
Que vio brillar la luna,
La atrajo hasta abrazarla,
Soñó siempre con ella,
El cielo esta dormido,
Me quedo con mi estrella.
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