En
el paisaje rural,
De
mi tierra extremeña,
Se
alza la encina a raudal,
Por
llanos, cerros y peñas.
Árbol
sencillo y humilde,
Que
cobija y protege,
Con
tronco firme y robusto,
Que
por sus ramas emerge.
Hacia
un sombrero de copa,
De
ala ancha y redonda,
Con
su apretada fronda,
Todo
lo envuelve y arropa.
Imagen
bella y serena,
Que
mantengo en mi retina,
Y
por mucho que me aleje,
No
te olvidaré, encina.
Por
tu humildad y belleza,
Y
tu noble fortaleza,
Que
transmite esa bondad
Y
la protección que das.
Y Cuando el sol las calcina,
O
les cae el agua encima,
A
la sombra de la encina,
Se
cobijan las merinas,
Las retintas, las caprinas,
Los
cochinos y cochinas.
Que
hiciste tú bella encina,
Para
ser tan genuina,
Que
proteges con desvelo,
Al
que vive por tu suelo.
Y
en tu frondoso ramaje,
Pájaros
y aves anidan,
En
los que luego hay vida,
Que
se cubren de plumaje.
Y
cuando en mayo floreces,
El
verde intenso oscurece,
Pintando,
el amarillo brillante,
Las
bellotas, los diamantes.
Ya al tropel se encaminan,
Armando
la tremolina,
Los
cochinos y cochinas.
Reciben
sus vitaminas,
Las
bellotas de la encina.
Siempre sabes extraer la belleza que anida dentro de los versos, llenos de hermosas rimas y final apoteósico.
ResponderEliminarTe doy mi enhorabuena.
A una maravilla natural como es la encina, le añades el toque poético, rodeándola de su huéspedes naturales y el sentimiento por esa imagen bella y serena grabada en tu corazón, todo ternura y amor.
ResponderEliminarGracias por ver lo que otros no vemos.
Un fiel reflejo a tu tierra querida.
ResponderEliminarMaravilla, maravilla, puro caviar o mejor pata negra, son versos de mucha altura.
ResponderEliminarBonita , bella y con todo el sentimiento de un extremeño, besos.
ResponderEliminarLa encina es mi árbol preferido, cada vez que veo una me recuerda a mi tierra.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Un abrazo
Se nota el orgullo que sientes por ser extremeño, a mi de pequeña me gustaba comer bellotas, hace años que no las he vuelto a probar.
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