Oigo
tu voz en silencio,
Tu
mirada en la mía,
Sin
que me toques lo siento,
Sin
versos surgió poesía.
Oscureció
el resplandor,
Con
las caricias prohibidas,
Por
el amor sacudidas,
Que
a la luna estremeció.
La
lluvia del cielo azul,
Al
mar invade furioso,
Como fuego impetuoso,
De
pasiones lujuriosas.
Que
el hechizo esplendoroso,
Transformó
el fuego en hielo,
Vibró
y tembló a la vez,
Misterioso
desatino.
Del
náufrago clandestino,
Que
busca tus labios frescos,
Que
se adueña de tus sueños,
Y de tus ojos divinos.