La Santísima Rutina
Se reviste de grandeza porque mi libre albedrío no
existe para ella, tiene tal poder sobre mis fuerzas internas, que la siguen
como un niño hambriento…
Gozo con la ilusión de que puedo controlarla pero
en verdad lo que ocurre es que me relajo.
Hace que muchas actividades las repita a diario
con la santa paciencia de un patriótico rito, en el mismo orden y a la misma
hora, pero me siento a gusto y gozo de su compañía.
Además la Santísima Rutina me da seguridad, confianza
y fortaleza, sé que es hermosa, tiene los ojos profundos y sus sentimientos son
sinceros, siempre busca que me encuentre en perfecta forma.
Un día le dije al oído, ¿te gustaría aprender a
bailar? y se puso a mover las caderas a
un ritmo que me sorprendió.
De pronto se encendieron las luces y alguien que
no era ella me aplaude y me besa. No estuvo nada mal, me dijo, contengo la
risa, sé que he hecho el ridículo, pero a ella no le importa.
Nuestra mente necesita sumergirse en nuevos
sueños, ahora respiro y sin pensar me lleva a preguntar ¿qué triste será no
tener a una Santísima Rutina?
Copyright © RTPI – 16/2023/1053
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario