Con motivo del 150 aniversario del nacimiento del arquitecto y urbanista Antonio Palacios se está poniendo en valor su impresionante legado arquitectónico. Quizás no se ha dicho de él lo suficiente, y no siempre se le ha dado la relevancia que su obra merece. Es la suya una figura esencial y fundamental y contribuye a la identidad de la imagen del Madrid moderno.
Antonio Palacios fue tan fundamental para Madrid como lo fue Antoni Gaudí para Barcelona.
Su legado es esencial en la historia de la
arquitectura española por sus grandes y singulares obras, pero hay otra faceta
más desconocida en la que destacó y le ayudó a realizar diseños con portentosa
facilidad, se trata del dibujante y pintor. De hecho se planteó dedicarse a la
pintura antes que a la arquitectura.
Diseñó una gran parte de
los edificios más singulares y emblemáticos de la ciudad, verdaderos tesoros que
nacieron de su ingenio y pericia, siendo el arquitecto que dio vida al progreso
y la modernidad en la capital.
También su firma está en
el diseño y decoración de las primeras líneas del suburbano y de sus templetes
de accesos, la azulejería de blanco brillante, así como del logotipo del rombo
de las líneas del Metro.
Está
considerado como uno de los arquitectos más influyentes en la España de la
primera mitad del siglo XX.
En 1904 el estado convocó
un concurso para la construcción de un edificio que albergarse los servicios de
correos, telégrafos y teléfonos en un solar en los desaparecidos Jardines del
Buen Retiro, en la Plaza de Cibeles justo enfrente de la fuente que representa
a la diosa que le da nombre, diseñada y esculpida en mármol por Ventura
Rodríguez en 1794.
El proyecto ganador
resultó ser de autoría compartida entre Antonio Palacios y su amigo Joaquín
Otamendi, dos jóvenes arquitectos que no habían cumplido aún los 30 años de
edad.
Su propuesta: Una
construcción grandiosa, dos impresionantes edificios de fachada blanca, con redundante
escenografía, conjugando monumentalidad y simbolismo.
El 12 de Septiembre de
1907 comienzan las obras y finalizan en
1919.
Su aspecto catedralicio le
valdría el sobrenombre de Nuestra Señora de las Telecomunicaciones, está
decorado con numerosos detalles especialmente del neoplateresco, entre ellos
destacan las cabezas de dioses y diosas de diferentes culturas.
Sede del Instituto
Cervantes. Se trata de un edificio proyectado en 1910 y finalizado en
1918, construido junto a su compañero de profesión Joaquín Otamendi
Machimbarrena, (otro de los grandes arquitectos de aquella época). Situado en
la calle de Alcalá, 49.
La denominación del
edificio es debido a la presencia de cuatro imponentes columnas en forma de
mujer situadas a ambos lados de la entrada principal.
Este edificio tan singular
está considerado como uno de los más relevantes de la obra de Palacios para la
definición del nuevo Madrid, ya que ese mismo año, (1910) el rey Alfonso XIII
con una piquea de oro, inauguraba las obras de demolición que abrirían paso a
la futura Gran Vía.
Algunos lo califican como
el mejor edificio de Palacios por su estilo grandioso y por sus originales
formas que dan aire de monumentalidad.
Hospital de Jornaleros
de San Francisco de Paula.- Aunque es más conocido por Palacio de Maudes, situado
en un contexto aislado de otras edificaciones lo que favorece su contemplación.
Diseñado por Antonio Palacios y construido junto a
Joaquín Otamendi, entre 1908 y 1916,
en la construcción utilizaron
cinco tipos de piedra: piedra caliza, granito, mármol pizarra, y piedra silícea, con
recubrimientos decorativos del ceramista Daniel Zuloaga.
La fachada principal da a
la calle de Raimundo Fernández Villaverde 18, aunque también se extiende por
las calles de Maudes, Treviño y Alenza. Está constituido por un edificio
central y se prolonga en cuatro alas, distribuidas en pabellones lineales
con forma de aspa, otros dos edificios
y una iglesia con entrada desde la calle
Maudes, la Parroquia de Santa María del
Silencio para personas sordas y sordas ciegas.
El Círculo de bellas Artes.-
En 1919 el Círculo de Bellas Artes convocó un con
curso para construir un edificio en su sede social en la calle de Alcalá, 42,
que se declaró desierto con tres finalistas, pero Palacio uno de los finalistas
recurrió el fallo que había denegado su anteproyecto por superar la altura
máxima permitida. Por tal motivo se reunieron los socios y votaron finalmente a
favor del proyecto presentado por Palacios.
Para resolver la
singularidad del lugar Palacios opta por un diseño vertical y un volumen
cúbico, cuyas caras responden con exactitud y precisión a las solicitudes de
los socios.
Todas estas construcciones
pueden catalogarse como singulares porque responden a las características de su
obra de tipología idílica que no tuvieron continuidad.
Por último no podía faltar
su arquitectura comercial y de oficinas o doméstica, como son:
Nicomedes
Pozón Requejo
https://poesiasenestadopuro.blogspot.com
Publicado en el Nº 49 de la Revista Cultural
LA TALEGA - Agosto 2024
Estupenda información además muy valiosa
ResponderEliminar¡Es un autentico genio!
ResponderEliminarGracias a tu publicación podemos saber cosas de la historia de nuestro querido Madrid, del alma.