Blanco de mi pensamiento
Cuando
la vida florece,
el
amor no tiene edad,
entre
sueños y quimeras,
me
seduce aquella rosa,
tan
divina y sensual
Son
sus labios seductores,
ofreciéndome
sus besos,
con
viveza y picardía,
de
sus ojos quedé preso.
Con
la nueva primavera,
las
caricias alumbraron,
mientras
yo me desnudaba,
nuestras
almas se juntaron.
Su
lengua por mi boca,
jamás
la olvidaré,
tierna,
alegre, vorágine,
me
brindaba su miel.
Un
gozo inimaginable, siento, entre
mil versos de amor, y
inocencias perdidas,
entre sombras de pasión.
Cuando
me fundo en su esencia,
la
dicha ahoga mi cuerpo,
deliciosa
es la rosa,
blanco
de mi pensamiento.
Copyright © RTPI – 16/2022/3061
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