El crepúsculo rebelde Oigo caer la noche, de golpe las calles se han
vuelto silenciosas, minutos antes bajo el sol del crepúsculo, los espacios se
poblaban de tonos púrpuras y en su esplendor los delirios vagaban enrojecidos,
podría beber a sorbos la belleza, mientras los sueños se desplomaban en el
horizonte. Aquella noche, millones de seres con sueños en la
mochila, paseaban su infinita amargura por calles fronterizas, donde las almas
y sus sombras, eran eternidad de fuego y duelo. Todo era misterioso en aquel paraíso, allí descubrí
la nostalgia adolescente, una mordiente sonrisa en flor que el amor estrena. A partir de ese momento, soy insomne eterno, como
un fantasma suplicante, invoqué su
nombre, incitándola a despertar. Equipada de felicidad, la luz se desnuda y en un
trigal de amapolas, el alma sacia todos los deseos incumplidos. Los contornos de la noche me alejan de lo sublime, estrangulando
sombras de vida. El crepúsculo rebelde con los labios encendidos,
promete amor más allá de la muerte, el enamoramiento se preña de colores,
resbalando a otra existencia. He
descubierto que por más feliz que seas, hay momentos irrepetibles que tenemos
que vivir, ya que el tiempo te da la espalda si intentas recuperarlo. Copyright © RTPI – 16/2022/3061
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