La memoria del olvido Con
el frío de la noche, siento
el latir de tu pecho, en
esa memoria herida, que
se esfuma con el viento.
Te
quedaste enredada, en
una idea sin rosto, un
torbellino de sombras, tálamo
de un sueño amorfo.
Solo
el clamor de las olas, del
desnudo pensamiento, pide
abrigo en mi alma cuando
bebo tu silencio.
Quiero
acariciar tus sienes, para
abrir bancos de nieblas, hemisferios
que contienen, el
vacío de las tinieblas.
Desnuda
está la alegría, en
las recias madrugadas, atrapando
los recuerdos de
las sombras de la infancia.
Vuela
como mariposa, despertando
del olvido, para
salir al encuentro, de
misterios escondidos. Copyright © RTPI – 16/2021/9535 |
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