Cuando mi sombra no es mía Mi
sombra se queda sola, llorando
por los rincones, su
alargada silueta, me
pide que no la suelte, tiene
el cuerpo hecho jirones.
Es
como una mariposa que
aún vuela a mi lado, no
quiero que me siga, mi
mente me pide que la asfixie, que
aplaste su garganta, porque
siente que ella no es mía, quizás
tenga arquitectura propia.
Una
noche cuando la fiebre me olía a hoguera, una
sombra vaporosa se me acerca, y
se funde con mi luz, esa pasión que me abrasa, termina
siendo un vínculo afectivo, que
electriza cada una de mis células.
La sombra desconocida, se
desprendía de mi cuerpo, su
belleza inquebrantable, era
de otro universo.
De
repente en su cielo azuloso, un
abrazo me abrigaba, y
cargado de emociones, del
alma me despojaba. Autor: Nico Pozón Requejo |
Nico, un poema muy logrado.
ResponderEliminarUn abrazo
Brillan tus versos en un cielo ensombrecido, donde tu exquisita sensibilidad hace que la fantasía alcance el nivel alto de la imaginación.
ResponderEliminarTe felicito