La bella joven Eran amantes y sin hablar con solo mirarse a los
ojos, adivinaban o intuían lo que el
otro sentía sin necesidad de hablar, los silencios lo decían todo sin decir
nada. Hay personas con las que no se necesitan palabras
para hablar, solo con el contacto visual
se escucha su corazón. Años atrás los ojos de aquel hombre se clavaron en el tierno rostro de la bella joven, sus ojos hermosos, negro como el azabache, su tez morena, sus labios carnosos sin maquillar y sus impactantes pechos, habían despertado en él, un ansia desmedida por conquistarla. Ella estaba sorprendida y apenas ponía resistencia
al embrujo de aquellos ojos que decían
tanto sin hablar, quería apartar la mirada
pero sentía tanta delicia que no había forma de desconectar. Y a pesar de que aquel hombre no le daba buena
impresión, le producía alocadas fantasías. En una de ellas, la joven diosa tendida en la cama
se veía tremendamente sensual, cuando a media luz le espera, vistiendo su
desnudez, aquel hombre se desboca y sensaciones profundas, sensuales,
apasionadas recorren todo su cuerpo y se funde en su alma con un inmenso
placer. Fueron amantes de fugaz encuentro de noches
tiernas y enardecidos fuegos, cómplices de miradas que lo decían todo sin decir
nada. Autor: Nico Pozón Requejo 29.07.2021
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