Por los
ríos de las venas,
la
primavera partió,
dejando
flores de arena,
al
verano, con su fuego abrasador.
La
playa ondulante escucha,
el
vendaval de las olas,
deshidratadas,
confusas,
como la
triste amapola.
Lluvia
de sol a la llama del amor,
me quedé
dormido en los senos de la brisa,
mientras mi corazón habla palabras sin voz,
a una
hermosa mujer con una bella sonrisa.
Una
sonrisa fresca con aromas del sur,
una
mirada tierna que mi amor cautiva
un beso
ardiente en el mar azul,
aquel
verano renací a la vida.
Mi
cuerpo se viste de deseos incandescentes,
sus
labios los busco por todos los rincones,
aquí el
amor, trepando por la mente,
maldita
sea, se van las vacaciones.
Copyright © RTPI 16/2017/3421