miércoles, 31 de agosto de 2016

A mano armada

Fui rehén de un bandido sin cabeza,
le disparó a su cordura en la escena del crimen,
sus ojos eran fríos de naturaleza muerta,
le habían robado el corazón.

Quería que le tapara la herida y yo sangraba,
vi un animal degollado, me dio repelús,
le dije vas por ahí quitando vidas,
eres un asesino de salón.

Gritaba furioso:
sofoqué al visionario,
se exhibía en el diccionario,
desnudo al sol, mal fario,
y mal necesario.

Impresionó a mi retina,
me apoyé sin gravedad,
se ausentaban mis fuerzas,
un último respiro,

Por fin mi mano se apodera,
de su mano armada,
asalto inesperado,
apareció dos minutos tarde.

Lo atrapé con prisa feroz,
arrastrando su alma por los suelos,
despaché lo podrido que llevaba dentro,
separando su espíritu de la materia.
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lunes, 22 de agosto de 2016

Susurros al oído

Noche de relámpagos, una masa etérea tenue y vaporosa con vestimentas negra flotaba delante de mí, un frío intenso cubría la cama, intenté moverme y no podía, el pavor obró su hechizo, una voz me susurraba al oído mi nombre, la voz provenía de una mujer de delicada elegancia.
Sentía curiosidad por ver su rostro, pero por algún motivo desconocido era impensable verla, solo adivinaba su cuerpo modelado con la más perfecta simetría y belleza, realzado por las sombras de su deslumbrante blancura, el cabello se le derramaba por toda la cintura, una cruz colgada de su cuello chispeaba con todo su brillo.
Creo que trataba de llamar mi atención, yo la miraba intentando intuir que iba a hacer o decir pero apenas podía mover mi cuerpo, sin embargo contemplé con admiración la belleza de un ángel, sus susurros me hacían pensar que me advertía de algo, no conseguía adivinar que me quería decir, al fin los susurros aumentaron en potencia y claridad, ponía en mi mente unas palabras mágicas que dichas al revés, su espíritu se presentaría de inmediato ante mí, -si eres cauteloso volveremos a encontrarnos, si no adiós para siempre-. Una nube de blanco radiante la envolvió y desapareció.
Me sentí cansado hasta el punto de dormirme. A la mañana siguiente me despertó una voz femenina que susurro mi nombre al oído varias veces.
Es difícil olvidar una experiencia como esta, me he preguntado muchas veces quién sería esa mujer y el porqué de su visita.

Los años han pasado y su espíritu no ha vuelto a visitarme, tal vez no tenga motivos para hacerlo.
Publicada en el nº 33 de la Talega de Agosto 2016

jueves, 18 de agosto de 2016

En peligro de extinción

Son palabras sin latidos,
palabras sin voz ni eco,
le apagaron su sonido     
y si no lo digo peco.

¿Cuál fue la razón de su extinción?,
¿qué hicieron malo en la vida?
acaso están  prohibidas,
sin darnos explicación.

Las callan en el idioma,
la carcoma está en la pluma
ya extintas se desploman,
¡por el maldito reuma!.

La palabra es frágil,
se te hiela en los labios,
el lenguaje es ágil,     
porque no entiende de agravios.

Cretinos con almas de cirujano,
con el bisturí en mano,
privaron a la prosa y a los versos,
y al mismísimo universo,

de esas perlas del lenguaje,
nadie sabe adónde van,
no hubo alerta de abordaje,
dicen que muertas están.
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lunes, 8 de agosto de 2016

El alba de la locura


Quiero ser el alba de tu locura,
los saberes oculto del deseo,
cuando tengo en mis manos un trofeo,
me elevo por tus montes y llanura.

Las delicias del alma, las alturas,
vaivenes de incesante balanceos,
al notar tu pasión con mi flirteo,
delirio arrollador eres criatura.

Relámpago de flores amarillas,
de luces y de sombras delatoras,
como una espada enfurecida brilla,

El cuerpo que sostiene cada aurora,
de tan hermoso fuego de guerrillas,
llora el deseo que tu luz implora.
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jueves, 4 de agosto de 2016

La figura del indulto

Cometí un error de bulto,
por un falso testimonio,
la figura del indulto,
me salvó del manicomio.

Poderoso caballero,
con una copa de indulto,
y un puñado dinero
puedes escurrir el bulto.

Que barbaridades dicen,
sin ninguna reflexión,
al indulto lo bendicen,
me asombra su indignación.

A quién se asemejan,
aquellas conciencias,
las que te aconsejan,
            que tienen la ciencia.            

Soy espejo roto,
de una mente herida,
violento alboroto,
hilvana la dicha al perdón en vida.

¡Que dicha!, poder y dinero,
son los eslabones de un amor sincero,
“el indulto y su figura,
un mal que todo lo cura”.
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