La luna está en tu cabeza

No me mires a la cara,

Se me apagan las estrellas,

Aunque ahora lo juraras,

Tu amor se fue con ella.

 

Te prendió fuego en los ojos,

Te produjo la ceguera,

No viste a quien te quiere,

No quieres a quien te anhela.
 

Escalabas mis montañas,

Gozando de su belleza,

No viste el río de fuego,

Que bajaba entre ellas.
 

Cuando te muestro el tesoro,

Que enardece tu flaqueza.

Tu voz parece de hielo,
 

Tu fusta exigua fiereza,

No sueñes con lo imposible,

La luna está en tu cabeza.

Copyright © 16/2013/1907

 

LLueve sobre mojado

Agitación de pájaros,

Anunciando el nuevo día,

Murmullos de hojas susurrando al rio,

La fiereza del viento,

 

Movimientos de nubes,

Cubriendo espacios azules,

Negro sepulcral,

En la bóveda celestial.

 

Animales corriendo a su guarida,

Le va en ello la vida,

El arco iris funde sus colores al instante,

La lluvia los reaviva,

Efímero mutante.

                                              

Crepúsculo de sol,

Sonido de rapaces,

Criaturas de la noche,

Su iris de topacio,

Iluminan las sombras.

 

Siluetas mecidas por el viento,

En cólera furioso,

Olor a tierra mojada,

Perfume de soledad,

Nostalgia de aquellos tiempos,

En los ojos humedad.

Copyright © 16/2013/1907

La silueta de mi sombra

No sé de dónde viniste,

Si de otra vida llegaste,

Eres tenebrosa y triste,

En penumbra me dejaste.

 

Intento huir de mi sombra,

Te llamo primero a ti,

Tu puerta ya no se abre,

Ninguna me quiere abrir.

 

Silueta negra me nombra,

La sombra ya está en mi cama,

Siento que me tocas,

Siento que me llamas,

Pero no me asombras,

Porque que tú me amas.

 

La sombra de tu mirada,

La siento dentro de mí,

Tú eres sombra que me asombra,

Yo alegre tristeza fui.

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El silencio de una flor en el desierto

Fue el sonido del viento,

El que estremeció la selva,

Ahora un páramo muerto,

El silencio de una flor en el desierto.

 

Aquellas hojas de otoño,

Que morían en silencio,

A la melodía salvaje,

Que acompañaba al viento.

 

Caían gotas de agua,

Fluían por los caminos,

Iban dejando las huellas,

De un silencio cristalino,

Nadie recuerda que un día,

Fuese el rio su destino.

 

Sordos ecos de la brisa

Que viene desde los pinos,

Siento en mi oído una voz,

Clamando al cielo divino.

 

Frondosas selvas han muerto,

Ahora reina el desierto,

¿Por que se perdió la yerba?,

¿Por que germino el silencio?

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El rio que nos lleva

Nace el rio de la inocencia,

Baja puro y cristalino,

Alivia algunas conciencias

Silenciosas,

Que engendran el desatino.

 

Ya no canta mi rio,

Por el camino,

Recortaron sus aguas,

Y su destino.

 

Ya no baja con fuerza,

Por la alameda,

Recortaron el bosque,

Manos de seda.

 

Ya no riega los campos,

El paro acecha,

Ya no hay campesinos,

Ni hay cosechas,

 

Llora la cigüeña al rio,

Arriba en el campanario,

Desahuciada de su nido,

Otra cruz en el calvario.

 

Fluye el rio con su melena azulada.

Ya huele el agua salada, enmudece,

Disfrutando.

 

Corren las falsas promesas, enloquece,

Acabando.

Cautivo en una presa.

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