Caer en la tentación
Estaba
en mi atalaya,
embelesado,
mirando
como el alba,
comenzaba
a esperezarse.
Sumergido
en la belleza,
que
no se puede expresar,
busqué
la complicidad,
en
tu mirada.
Entonces
en cálidas metáforas,
y
enfebrecidos besos,
surgió
el amor,
con
su sed ardiente.
Despojado
de velos,
nació
un ¡te quiero!
algo
que maravilla,
bendigo
la vida.
Con
ansias adolescente,
dijiste
que estabas hecha,
para
amar y ser amada,
y
con evocador suspiro,
propusiste,
encandilada por
aquella
ferviente luna,
aparecida
en el cielo,
que
querías consumar el amor.
Me
dejaste, emocionado,
con
la miel en los labios,
eclipsado
en tus palabras,
y
de manera inconsciente,
Tu
imagen fresca de primavera,
cuerpo
de diosa, nudo de dicha,
entró
en erupción, con dulces
suspiros,
hasta morir de amor.
Desde
mi atalaya,
justo
cuando la luz se desvanece,
estrellas
fugaces, me elevan hasta ti,
para
darle forma al deseo de todos los ángeles,
“caer en la tentación”
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