La flor más primorosa

 

La flor más primorosa

Con cristalino fulgor, florece,

otra joven primavera,

su sabor a fruta nueva,

su frescura y su belleza,

su cuerpo de dicha,

hace que sueñe despierto.

 

Tendida está preciosa,

desnuda sobre la alfombra verde,

siento su llamamiento,

su bello cuerpo,

se ha volcado sobre el mío,

una conjunción perfecta,

de mi pecho sobre el suyo.

 

Ruge la naturaleza.

empujando a la puerta,

de su cáliz glorioso,

una dulce melodía,

que mantiene la armonía,

un frenesí musical,

ascendiendo a lo más alto.

 

Un amor primaveral

un cielo dentro de otro,

una celestial ventura,

exhala su virginal gozo.

 

Su forma dormida queda,

enlazada a mí dichosa,

con amor aprisionado,

a la flor más primorosa.

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Disfruta del momento

Disfruta del momento

Me invade un deseo inmenso.

para decir lo que siento,

quisiera por un momento,

que te pongas en mi lugar,

 

¿A quién reclamo los años

que no pude disfrutar?

- Una mochila en mi espalda

que me pesa al caminar -.

 

Siento que la memoria me falla,

tantos campos de batallas,

y algunas rimas gastadas,

por dolorosos encuentros.

 

Sin darme cuenta de aquel amor,

que en una noche de gloria,

el otoño marchitó.

 

Solo recuerdo que el amanecer,

se fue, sin decirme una palabra,

aquella loca, heló mi sangre,

y cosió mis labios,

con el placer de su boca.

 

Entre sueños advierto,

que me han borrado del alma,

la silueta del cuerpo.

 

De nada vale rezar,

cuando has perdido el tiempo,

no te lamentes ahora,

y disfruta del momento.

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La imagen de la ausencia

La imagen de la ausencia

Aquella flor prendida al vuelo,

de su melena rubia de terciopelo,

volcán incandescente sus labios rojos,

tan bello como el cielo eran sus ojos.

 

Su ansiosa boca, se encontró

con mis besos, y entre mis manos,

el molde se su cuerpo,

al que persigo y del que soy preso.

 

A pesar del silencio, su aroma

está grabada en mi pensamiento,

la imagen de la ausencia,

dejó un vacío en mi conciencia.

 

Palpita en mi memoria,

el fuego del deseo,

la sed de seducción,

apuntan a la gloria,

las flechas del amor.

 

La carne enardecida,

al dulce acoplamiento,

alumbra la tormenta,

en todo el firmamento.

 

Que fue de la tristeza,

que me mataba,

estalló en mi conciencia,

soñando que la amaba.

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Sin nombre...

Sin nombre…

Sin nombre, como así lo quiso,

para que el libre pensamiento,

pudiera expresar su ausencia.

 

Esta decisión no fue tomada a la ligera,

fue tomada para darle vida a la nada,

y la nada es algo,

que está en la curiosidad de todos.

 

¿Quién le inspiró tan lúcida visión?,

fue como hallar el alma de una prohibición,

una rebeldía sin código,

que no quiso compartí con nadie.

 

¿Qué va pasar cuando descubran

una huella en esta horrenda humedad,

y puedan cifrar o nominar,

lo que la soledad desvela?

 

Quiso escapar

del horizonte de otros ojos,

que intentan jugar al adivino,

como un burdo pasatiempo.

 

Pero la curiosidad no tiene límites,

alguien dijo: En el hueco de su ausencia

no puede habitar el olvido,

lo justo es que le demos un nombre.

 

¿Y quién eres tú para emborronar su existencia?

no haremos otra cosa que dejarlo como está,

¡sin nombre, como así lo quiso!

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Tengo ganas de vivir

Tengo ganas de vivir

Quisiera decirte, cuanto te quiero,

que estoy loca por ti,

que siempre estás en mi pensamiento,

pero no puedo romper el cordón umbilical,

que grita en mí, ¡libertad!... ¡libertad!...

 

Él me ama, me adora,

me tiene en un pedestal

soy para él una diosa,

diosa del bien y del mal.

 

Mis sentimientos eclipsan la razón,

amigo mío, mi torpe corazón,

de ti se ha enamorado,

por mis ojos asoma la tristeza,

la pena inunda mi alma.

 

Me escondo de ti…

sin embargo,

cualquier rincón de mi vida

está lleno de tu presencia.

 

Imágenes poéticas,

halo de juventud,

flores de primavera,

danzando en el azul.

 

Con una simple mirada,

dejé el presente atrás,

y los versos de la infancia,

comenzaron a rimar.

 

Tú y yo temblando de emoción,

bailando a la luz del embeleso,

y con un imán verbal,

me encadenaba a tus versos.

 

Te quiero o es solo pasión,

lo que yo siento por ti,

escucho a mi alma gritar,

tengo ganas de vivir.

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Soy Inmortal

Sueño con ser inmortal

Sueño con ser inmortal,

me aferro a esas palabras,

fuera de la realidad.

 

Con debates a muertes,

y siempre salgo indemne,

en los textos que escribo.

 

No hay palabra, ni versos,

en los contornos de este universo,

que acaben conmigo.

 

Mi alma inmóvil,

aguarda sin aliento mi muerte,

para resplandecer.

 

Pero yo soy una leyenda,

un personaje tan singular,

sin la idea de desaparecer.

 

Seguro que el tiempo sabe,

que sueño con ser inmortal,

pero ignora inexplicablemente,

 

que sus viejos huracanes,

son como inocentes brisas

en mi verde eternidad.

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Y el mar se cansó de esperar

Y el mar se cansó de esperar

Las olas fluían por el lagrimal de sus ojos,

olas ahogadas en el tronco de su corazón,

el querer de los quereres,

ese mar que nunca duerme,

había hecho mella en sus rincones más íntimos.

 

Sus huellas borradas perdían sus pisadas

y sin ellas el mar se cansó de esperar…

no dejó partir las olas como un amante burlado,

nadie sabe cómo cayó por el precipicio de la frustración.

 

Para entonces la tormenta había estallado,

sobre el lecho de un río olvidado,

la desdicha corría desbocada,

penetrando en sus venas heladas,

donde la sangre acabaría coagulada.

 

La cólera nocturna tronaba,

de manera constante,

con un sonido estelar,

audible más allá del paisaje,

aturdido el entendimiento, 

callaron sus pensamientos.

 

Fue entonces cuando el amor brilló,

iluminando su atardecer,

olas al alba se extendían

por el balcón de sus ojos,

 

Dulces siluetas giraban alrededor de su retina,

después parecía nacer su juventud perdida,

otoñal, amarilla, y de repente una fresquísima

gota, brotó en la mirada de su adolescencia.

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Como alegres tunantes

Como alegres tunantes

Siento que el paso del tiempo,

me sorprende con pinceladas

de primavera radiante,

versos que se escapan del ayer

como alegres tunantes.

 

Añoro aquellos tiempos,

de pájaro volandero,

con la luna a mis pies,

llena de profundo anhelo.

 

Paloma de dulce aroma,

tiernos arrullos de amor,

provocando al instante,

embrujo y seducción.

 

Tenía un cuerpo divino,

obra maestra de Dios,

sobre mi alma subyace,

la latente tentación.

 

La primavera inocente,

que presidía aquel amor,

un desconocido anhelo,

fresco de ardiente pasión

 

Recuerdo su cuerpo hermoso,

y aquellos labios carnosos,

de mis besos prisioneros,

y con esa fiebre loca,

ella  asediaba mi boca,

para elevarnos al cielo.

 

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Diálogos con uno mismo

Diálogos con uno mismo

Dialogar con uno mismo,

no es sencillo,

cuando surja la necesidad,

él me encontrará.

 

No soy su amo, ni su señor,

soy su administrador,

sabe perfectamente

que si hay que tomar una decisión

el responsable soy yo.

 

No es tarea fácil dialogar con uno mismo,

y mantener el equilibrio sobre el otro,

son como conversaciones yuxtapuestas,

sentimientos que van y vienen.

 

No ando con los pies descalzos,

por miedo a que se refríe,

sin embargo a mí me gusta bailar descalzo,

me da sensación de libertad,

me permite moverme sin estar clausurado.

 

Alguna vez escucho conversaciones que se cruzan

por las paredes, mientras el silencio reina.

Una dice: “Ha perdido el amor y le ha roto el corazón,

derrota cruel, ha gastado su vida en él“

Y el otro le contesta:

“Qué difícil llevar a cabo el mensaje que se

esconde en el envés de la palabra amor,

Roma, ciudad eterna, amor eterno”.

 

Pasan los días, y los recuerdos palidecen,

las lágrimas de despedidas se congregan

tras los párpados, no me da tiempo de leer

el libro, de como volver a ser niño.

 

Lástima, le tenía mucho cariño,

me ha dejado una nota:

“Pongo el alma en lo que escribo

el día que no la ponga,

será porque no estoy vivo”

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La sombra del amor

La sombra del amor

No tengo tiempo,

para decirle al dolor,

que no me muerda la vida,

que me siento aturdida,

por la sombra del amor.

 

No me atrevo a comprender,

el crepitar de sus llamas,

disfrazada de silencio,

cuando el amor ya se apaga

 

Me sorprende,

que me siga a todas partes,

con los ojos tan abiertos,

me avergüenzo de mi misma,

cuando recorre mi cuerpo.

 

No sé lo que hacer,

mi memoria busca y busca,

los instantes de placer,

pero no encuentra nada,

en el mapa del querer.

 

Quizás el amor haya muerto,

y el dolor ocupe su puesto,

siento nostalgia de ti,

tú sí que me querías.

 

Ay, déjame recordarte,

tengo en mis manos tu fotografía,

apuntaste tan alto,

que le he puesto tu nombre,

a una pequeña estrella,

te seguiré adorando,

me dolió tanto separarme de ti.

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