Aquel ardiente verano
Un
día escribí tu nombre,
en
la palma de mi mano,
para
que nunca olvidara
aquel
ardiente verano.
Nos
amamos tanto,
que
si el amor hablase un día,
temblarían
nuestros cuerpos,
una
auténtica locura,
hasta
el filo de lo incierto.
Cuando
quiero hablar de amor,
vuelvo
mis ojos a ti,
ese
galope triunfal,
me
aferra siempre a escribir.
Tu
nombre…
recorre
mi pensamiento,
como
una tierna luz,
que
alimenta a mis versos,
y
en mis soñadoras manos,
aquel
ardiente verano.
Quien
pudiera dar vida
a
una ilusión por un instante,
¡Reclámame!
Tus
ondas me llevan a ti,
las
gaviotas suspiran,
aliento
de amor,
como
la brisa ardiente.
de
tu fresco vientre.
Volverte
a ver,
como
un bello amanecer,
que
hace noche en tu piel
y
poder así sentir,
el
júbilo de tu voz,
mariposas
prisioneras
dentro
de mi corazón,
-
vuelan -
para
que viva el amor.
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Amigo Nico, creas maravillas que son delicias del corazón, son los versos que nos dejas entre locura y pasión.
ResponderEliminarTe deseo un feliz fin de semana y un beso enorme. (Recuerdos que no se olvidan).
Olga Higueras
Querido amigo, como siempre tus versos me apasionan. Cada vez que te leo me haces revivir bellos recuerdos.
ResponderEliminarTe felicito desde lo mas profundo de mi corazón .
Eva Rocha
Las vacaciones de verano son increíbles, siempre surge "algo" para recordar.
ResponderEliminarTu poema me ha encantado.
J.J. De Andrés
Me fascina tu pasión y entrega, una poesía muy intensa, ¡te llena!!!
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Natalia